Señoras "de"...las mujeres en la política

El Patriarcado es una cosmovisión, es decir que es una forma de ver y entender el mundo, por lo tanto, de ver y entender todas las áreas de la organización social.

Desde la escuela ¿cómo lo abordamos? Tomaremos un eje:  la política como ejercicio de la vida pública en relación a los otros y otras. El patriarcado organizó la vida comunitaria, otorgando a la mujer el espacio de la vida privada y al varón el de la vida pública. De allí la mujer, la reina y dueña del hogar y el varón quien ejercía la actividad social. Esto puede verse en diversos ordenes, lo que para los varones estaba legitimado, cuando la mujer lo realizaba no era legítimo.

 En la cátedra de historia solíamos escuchar nombrar a Juana de Arco, o a Nefertiti, pero seguro sabemos mucho más de las campañas de Napoleón o de la vida de Tutankamón. Es decir, la historia las nombra, pero poco, en la escuela, se ha hablado de ellas como personajes políticos, que ejercieron el poder, el liderazgo y que asumieron lugares de decisión.

  Mariquita Sanchez de Thompsón, Alicia Moreau de Justo, Eva Duarte de Perón, Isabel Martínez de Perón, Cristina Fernández de Kischner. Mujeres en la política Argenina

Mariquita Sánchez de Thompson,  en  cuya  casa se cantó el himno por primera vez, fue un activa militante que reunía en su hogar a destacados políticos, lo que hoy llamaríamos asambleas, donde ella tenía una participación elocuente en los debates libertarios propios de la época.

Alicia Moreau de Justo, fue una líder feminista, fundadora del partido socialista, una de las primeras mujeres egresada de médica, en la Universidad de Bs As, decide atender a las mujeres sin recursos y a las prostitutas,  realiza estudios sobre las enfermedades y la situación social de estas; integro diversos grupos en post de la igualdad social y la lucha por los derechos, fundadora, entre otros, del Centro Feminista de Argentina y el Comité Pro-sufragio femenino. Hacia fines del S.XX fue una de la fundadoras de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.

Eva Duarte de Perón, fue una gran líder política, que más allá de cualquier posicionamiento ideológico, es indiscutible su rol en el diseño de políticas públicas que marcaron un antes y un después en la historia social de la Argentina del S.XX.

Estela Martínez de Perón , la primer mujer vicepresidenta, que ejerce la presidencia ante la muerte del presidente, mujer débil, sin formación, ni trayectoria política, dominada por la derecha del peronismo entrega el poder, abrumada por los conflictos, a la dictadura militar más cruenta de nuestra historia.

 

Cristina Fernández de Kischner, dos veces presidenta electa, diputada y senadora de la Nación, actual vicepresidenta; de cuyo itinerario político, bastante sabemos y que no pretendemos discutir aquí. 

Este breve recorrido, un poco más explícito en las mujeres menos conocidas, lo que pretende es analizar cómo el discurso social las reconoce, las reproduce y las designa.

Lo primero para observar es que todas ellas,  portan en su identificación el apellido de sus esposos…señoras “de”. ¿cuantos personajes políticos varones, son identificados con su filiación matrimonial?. Esto pone en evidencia un aspecto del Patriarcado, el sentido de propiedad privada sobre la mujer que es desposada. Todas llevan como señal el apellido de su esposo, aunque estos no hayan tenido un accionar importante en la política, tal es el caso del Señor Thompson o que el matrimonio haya durado pocos años, como el  de  Alicia Moreau , cuya actividad política comenzó en la década del 20 y culminó con su muerte en 1986. En ese período de intensa actividad política, su matrimonio duró tan solo 6 años, entre 1922-1928, pero al apellido del esposo es parte de su identificación.

Ahora bien, el patriarcado se fundamenta en el ejercicio del poder ¡He aquí su esencia! .

¿Cómo las muestra la historia y los discursos populares, a estas mujeres? Mariquita, nos cuenta la historia, era una señora (que hasta nos la imaginamos bien agraciada), de alta sociedad que sabía tocar bellamente el piano para entretener a los varones mientras debatían sobre cuestiones de interés público político; Alicia, una  señora mayor (como si siempre lo hubiera sido) con rodete y vestidos largos, muy inteligente, aunque poco sabemos de los aspectos y lugares donde brillo esa inteligencia; Estela por su parte, una pobre mujer débil,  que  no tuvo más remedio que entregar el poder a los militares. Eva y Cristina, dos mujeres altaneras, trepadoras, ambiciosas que no midieron esfuerzos para ejercer el poder.

Analicemos las diferencias y la simbología patriarcal en esta forma de presentarlas; Mariquita Sanchez , se perdió en los anales de la historia positivista, y de ella solo se sabe que tocaba el piano y cantaba muy bien, vale decir que por esa época aquella canción, que hoy es nuestro himno, era absolutamente revolucionaria, mucho más larga de lo que la conocemos y cantarla era una afrenta al poder español dominante. Les invito a buscar la letra completa de nuestro himno, para ilustrar esta imagen de Mariquita. [1]

Alicia Moreau, ocultada en toda su lucha y el amplísimo activismo político, solo queda en la sabiduría popular como una buena señora que aspiraba al bien social.

Estela Martínez , reflejo del ama de casa, que nada sabe de las actividades públicas y que no le queda otra que volver a la cocina. A pesar de haber abierto el camino a la atroz dictadura, no es castigada por la discurso popular.

Por su parte Eva Duarte y Cristina Fernández, son para tantas y tantos, las mujeres más malas e indeseables ¡Yeguas desafiantes!

¿Por qué la diferencia? Porque las primeras no ejercieron el poder, estas últimas sí, tomaron el gran bastión patriarcal, el poder, lo pensaron y lo ejercieron, pusieron a su servicio a varones y se tranformaron en lideres para millones de argentinos y argentinas. Eso no lo puede perdonar el patriarcado. A las primeras basto con diluirlas en la historia, a estas últimas la maldijo y maldice.

Les invito íntimamente a pensar, si su mirada sobre estas mujeres coincide con este desarrollo, sea ud. de cualquier género,  tal vez su apreciación este teñida de patriarcado y en una de esas, comience a desear deconstuirlo. Y si ud además es docente, tal vez sea hora de que, en la escuela, deje de ser la herramienta más efectiva para la prosecución patriarcal.

Lic. Verónica López