Por fuera de los muros algo está pasando

Autor: Lic. Verónica López

 

En varios aspectos de la sociedad actual se observa como necesario e imperioso nuevas prácticas para el desarrollo de la vida cotidiana.

Las relaciones interpersonales están a la orden del día en ello, hoy debemos aprender, desaprender, incorporar, cambiar y transformar prácticas y conductas que otrora fueran aceptadas o “normalizadas” y hoy sabemos que son hirientes, discriminatorias, o simplemente selectivas.

En otro orden, también las relaciones de pareja están en procesos de replanteos, la pareja heteronormada, con el varón proveedor y la mujer en el hogar ya son cosa del pasado. O al menos eso se pretende, aunque muchas veces nos sorprendemos en nuestros propios actos intentando responder a ese tipo de relaciones amorosas.

El vínculo filial es otro espacio relacional que está en transformación, los hijos e hijas y los padres y madres construyen nuevas formas de tratarse, darse espacio, respetarse en gustos y decisiones.

Todo esto en lo que refiere a la vida personal de los individuos, pero la vida social también está en trasformación. Las antiguas formas políticas de organización se resquebrajan y muestran grandes fisuras que dejan entrever oscuros intereses. Es así como los poderes, que desde el Siglo XVIII organizaron las sociedades republicanas hoy muestran sus grandes debilidades, ejemplo de ello fueron  los años 90 del siglo pasado, cuando los representantes políticos de las sociedades democráticas empiezan a ser cuestionados. Otro ejemplo, de estos tiempos, es como caen los últimos bastiones de la otrora democracia liberal, como ser los medios masivos de comunicación y el poder judicial.

Pero lo que es común a todo esto es el requerimiento de nuevas formas, de innovadoras maneras de actuar, más confiables, más afines a los tiempos que nos toca vivir.

La escuela no está fuera de esta lógica, dado que es la escuela el lugar donde se estructuran los comportamientos deseables, útiles y sostenibles para la sociedad

La sociedad actual se encuentra en continuo cambio y avanza drásticamente. También se incrementa considerablemente el progreso científico. Por ende, entendiendo a la escuela como un entorno de socialización y transmisora de conocimientos, ésta no ha de estancarse en sus prácticas rutinarias y burocratizadas. La escuela debe cambiar acorde a la sociedad, avanzar hacia el progreso (Cabero, 2007). Entonces, la escuela tiene que mejorar sus prácticas, para que así lo haga también el conjunto de la sociedad[1]

La burocratización y la rutina, son dos de los males que aquejan a casi todas las instituciones que sostiene la vida de las sociedades. La reflexión y el replanteo suelen percibirse como intromisiones innecesarias pero a la vez es una demanda que colisiona  fuertemente en la realidad.

¿Qué serian prácticas innovadoras en educación?

Carbonell (2002) entiende la innovación educativa como «un conjunto de ideas, procesos y estrategias, más o menos sistematizados, mediante los cuales se trata de introducir y provocar cambios en las prácticas educativas vigentes» (p. 11). Así, Imbernón (1996) afirma que «la innovación educativa es la actitud y el proceso de indagación de nuevas ideas, propuestas y aportaciones, efectuadas de manera colectiva, para la resolución de situaciones problemáticas de la práctica» (p. 86). Además, Escudero (1988) señala la transformación de lo existente y la facilitación para indagar, descubrir, reflexionar, criticar, etc. como características fundamentales de la innovación educativa. Por su parte, Rivas (2000) define la innovación educativa como «la incorporación de algo nuevo en el sistema de la institución escolar, cuyo resultado es la modificación de la estructura y operaciones, de tal modo que mejoren sus efectos en orden al logro de los objetivos» [2]

Tomando estas descripciones de lo que significa prácticas innovadoras se puede llegar a la conclusión que estas requieren de actos de indagación, críticas constructivas y reflexión colectiva para resolver los problemas que se detecten como vigentes, con el fin de introducir cambios que luego de procesos de transformación puedan sistematizarse de manera tal que la sociedad pueda sentirse segura y contenida.

En el campo de la educación hace muchos años que se habla de prácticas innovadoras y se conocen loables intentos de aplicarlas, aunque la realidad muestra que el trabajo arduo que se ha realizado ha producido poco efecto. Aun así, no deja de ser necesario continuar intentando hasta encontrar la repuesta adecuada al tiempo histórico en permanente cambio que muchas veces se refleja en profundas crisis sistémicas.

Pero en lo que refiere al orden social, estas prácticas innovadoras no contribuyeron a la mejora de la vida social, muchas de ellas solo pretendieron –disfrazadas de actualizaciones - mayor control social. “El Gran Hermano” que describiera George Orwell en 1984, poco a poco y de diversas formas se fue introduciendo en la vida de las personas. Y cuando se creía que ya estaba controlada la conducta social, son estas mismas innovaciones (actualizaciones) las que abren las puertas a conductas insospechadas por sus propios creadores.

En definitiva, la sociedad de hoy está deseosa de nuevas prácticas, de nuevas formas de ser y estar en este mundo, pero estas tienen que romper una barrera que se observa sólida y firme, el deseo de control. La escuela, como todas las instituciones decimonónicas, han perdido el control, y no pueden reconocerlo, no pueden verlo, mucho menos reflexionar críticamente sobre ello. Mientras, y casi en forma paralela, el colectivo social experimenta, indaga, prueba, investiga y aprende casi anárquicamente. Tal vez se deba prestar atención a lo que pasa afuera de los muros de las escuelas, para introducir prácticas innovadoras; tal vez las instituciones políticas deban observar que pasa en las nuevas formas de organización social y económica; tal vez los medios masivos de comunicación ya no sean tan masivos porque hay formas alternativas de comunicación; tal vez la justicia pueda abrir el pestillo de la ventana y dejar entrar el aire fresco que se respira en las calles. Porque afuera de…,en todos los casos, están sucediendo prácticas innovadoras.

 

 



[1] López, Hernandez, Barrera. (2015) Recursos educativos innovadores en el contexto latinoamericano. Universidad de Alcalá.

[2] Ob. Cit. Pag. 19