Estado y políticas públicas

Indudablemente hoy el tema es insoslayable, Coronavirus, el virus que nos puso a todos y todas, a pensar, a parar y volver a barajar, seguramente cuando el juego se reanude, las cartas ya estarán cambiadas, las marcadas se habrán mesclado entre todas, porque en este juego estamos todes en igualdad de condiciones.

Pero en esto de ponernos a pensar me gusto, de tantas cosas que leí por ahí, lo que surgió de la pluma de Luciano Debanne, un querido amigo Cordobés que suele tener muy en claro las cosas y hacerlas así de sencillas. Luciano nos dice:

Se sale con más derechos y más comunidad:

- Si puede comparta el cuidado de niños y niñas…
- ¿Tiene árboles de limones, plantas de pimientos, un naranjo, una huerta? Regale frutas y alimentos que aumentan las defensas. Comparta.
- Distribuya las tareas laborales para que quienes deben quedarse en casa puedan hacerlo.
- Ayude al vecino o vecina a configurar la TDA,

- comparta el usuario que le sobra de Spotify o Netflix
- Acerque al vecino en su auto.
- ¿Cose? ¿Le sobran unas telas? Haga barbijos para el centro de salud, para las chicas del comedor.
- Apapache. No se deje ganar por el tedio y el fastidio.
- Preste libros a quienes deben quedarse. Recomiende.
- ¿Es artista? ¿Canta, lee, recita, toca? Organice espectáculos online.
- ¿Tiene un turno médico que puede esperar? Relaje.
- ¿Es funcionario? Revise que se cumplan las leyes vigentes que ayudan a facilitar el proceso. Póngase las pilas. Apriete a los que hay que apretar.
- ¿La rompe con las series y pelis? Haga lista de recomendaciones, detalle, sugiera pensando en las diferentes necesidades. Pase los links.
- No rompa los huevos a quienes le están buscando la vuelta y a quienes la tienen muy difícil.
- Facilite. Colabore. Empatice.

Y termina con una frase muy argentina…
- No sé ponga en boludo/a.

Y sí Luciano, no es tiempo de hacerla difícil, porque ya la tenemos difícil, y como hay tiempo para pensar, tal vez sea tiempo de parar la pelota y reflexionar…

Hoy más que nunca reclamamos al Estado, esperamos del Estado, hoy solo las acciones del Estado nos pueden guiar…pero no funcionará, por mucho esfuerzo que se haga del Estado, sino nos sentimos parte, sino asumimos nuestra responsabilidad individual.

Si sabes que alguien no cumple la cuarentena, denúncialo, si no es necesario salir de casa no lo hagas…solo si entendemos que el Estado organiza y nosotros colaboramos saldremos más o menos bien parados de esto.

Si nos gana la soberbia, como vemos le gano a Europa, dejaremos muchas lágrimas en el camino.

El Estado es hoy el gran director de orquesta, entonces es hora de repensar qué es el Estado,¿ Por qué?, porque  es un instituto público el que lleva a cabo los análisis, porque son los ministerios desde donde salen las políticas de contención, es la aerolínea de bandera Argentina, la que repatría compatriotas varados por el mundo

Repensemos cuantas veces dijimos que el Estado no iba más, cuantas veces despreciamos a los políticos, como si fueran una especie no humana, cuantas veces respondimos con aversión  ante ideas o políticas públicas hacia los más vulnerables, pero hoy da la casualidad que quienes traen el virus al país no son precisamente los vulnerables económicamente, sin embargo lo son en cuanto a su dependencia total del Estado, para ser diagnosticados, contenidos, atendidos o repatriados.

El Estado es el único arbitro en el juego ciudadano, al Estado lo gestionan personas, pues no es ni más ni menos que una organización humana, las personas que cumplen los roles son agentes estatales, y los funcionarios que los dirigen son políticos, los hay como en toda la humanidad, brillantes, esforzados, abnegados, mediocres, corruptos, individualista y egoístas…porque los hay así también, médicos, abogados, docentes, industriales, curas, monjas y pastores. Es la humanidad ni más ni menos.

Repensemos que parte de nuestro pensamiento y discurso fueron en contra de fortalecer el estado para el bien común y la administración de la cosa pública.

Un simple ejemplo, por mucho dinero que alguien tenga, no podrá montar en su casa solo por las dudas una sala de terapia intensiva, ni un laboratorio de investigación medicinal, pero su aporte, en relación a sus ganancias, podrá proporcionarle al estado los ingresos necesarios para el sostenimiento de la salud pública.

Sino veamos en qué países hay más recursos para afrontar la pandemia.¿ En los que el estado es mínimo o en los que el estado está en el centro de la organización nacional? Revisemos nuestra colaboración o no en cada una de las formas de percibir el estado, de aportar al estado solidariamente en bien de todes.

Porque como dice Luciano: “de esto se sale con más derechos y con más comunidad” y yo le agrego con más políticas públicas y con más estado.

Lic. Verónica López