Soberanía

 

En esta semana se recordó el día de la soberanía nacional, en este espacio, siempre intentamos resignificar los acontecimientos históricos en clave de hoy, hechos de un pasado que nos pone a pensar la realidad

 

Latinoamérica sufre por estos días una avanzada colonial imperialista virulenta, ¿cuál es el sentido que hallamos en la historia para su análisis?

 

Indudablemente debemos partir de saber de qué se trató el 20 de noviembre de 1845, por esos tiempos aún intentábamos culminar  la organización de la Nación, en un Estado; Juan Manuel de Rosas, gobernaba Buenos Aires y representaba las relaciones exteriores de las demás provincias, el capitalismo europeo buscaba nuevos mercados y ya no consideraban la dominación política como forma coerción, sino más bien la desestructuración interna, como forma de ampliar sus beneficios económicos

 

En esa oportunidad, las fuerzas rosistas se enfrentaron a las anglofrancesas, en cercanías a la ciudad de San Pedro, en el lugar llamado Vuelta de Obligado. La escuedra agresora intentaba obtener la libre navegación del Rio Paraná para auxiliar a Corrientes, provincia opositora al gobierno de Rosas. Esto permitiría que la sitiada Montevideo pudiera comerciar tanto con Paraguay como con las provincias del litoral. El encargado de la defensa del territorio nacional, aún difuso por esos tiempos, fue el general Lucio Mansilla.

 

La heroica defensa de la no intervención en los asuntos internos, por parte de ingleses y franceses, de parte del General Rosas, valió que el General San Martín le heredara el sable corvo, símbolo de la lucha independentista, de principios del Siglo XIX, en la América del Sur

 

En épocas donde vemos la intensidad de la intervención extranjera, en las políticas internas de los países latinoamericanos, como lo son organismos internacionales que fueron creados con intensiones  de mediadores pacíficos y que se han convertidos en armas de doble filo para el bienestar interno de los países; la forma descarada en que se concentra la riqueza en pocas manos nacionales, para que sean instrumento disruptivo de la conciencia soberana y nacional para generar siderales riquezas a corporaciones extranjeras, al costo del hambre, la pobreza y la esclavitud, al estilo siglo XXI, que se observan en países como Chile, Bolivia, Ecuador, Brasil, Soberanía es una palabra a repensar

 

Según la RAE define al concepto de soberanía como la máxima autoridad dentro de un esquema político y al soberano como el ser superior dentro de una entidad que no es material. La soberanía nacional que es la que establece que el poder está en manos del pueblo y que este se ejerce a través del conjunto de órganos de tipo constitucional que son representativos de aquel citado pueblo.

 

En los tiempos complejos actuales este concepto se vuelve altamente susceptible de interpretaciones, las instituciones se encuentran cuestionadas y los sistemas de representación sufren de credibilidad, por lo tanto la idea de soberanía queda suscita a varias líneas de análisis

 

Aquí ponemos algunas en somero enunciado: - solo los pueblos pueden decidir sobre sus gobernantes; los intereses extranjeros ya no pueden dejar de formar parte la toma interna de decisiones, dado que la globalización conforma una zona gris donde hay extranjeros con directo derecho a intervenir en las políticas internas pues allí se juegan intereses económicos; la medición de fuerzas entre las mayorías autóctonas y las minorías concentradoras de riquezas son altamente desiguales 

 

Con solo estas líneas posibles a analizar y repensar, la soberanía se vuelve no solo vulnerable sino hasta discutible.

 

Pero si volvemos a las raíces históricas se puede ver más claro, para san Martín, Rosas o Mansilla las diferencias se dirimen entre los interesados dentro del Estado y el territorio, y cuando esto sucede, las mayorías autóctonas equiparan las fuerzas y piensan en el bien equitativo y justo.

 

Tal vez en ello radica el fin último de la soberanía.

 

Lic. Verónica López