LA ESCUELA ANTE EL FLAGELO DE LA DESOCUPACIÓN Y EL HAMBRE

 

Ante la triste situación de desocupación y hambre, generada por políticas que tienen como claro objetivo el cambio radical del sistema de distribución y la transferencia descarada de los recursos públicos a manos privadas de corporaciones financistas, regenteadas por un grupo de amigos; ¿la escuela que rol debe cumplir?

Como siempre en nuestro espacio, buscamos reflexionar sobre la competencia docente ante las variables sociales. En este caso abordaremos cómo afrontar desde el espacio educativo la desocupación y el hambre.

La cadena de servicios se corta y por ende se corta la cadena laboral, es decir quien deja producir deja de tener asalariados; quien deja de ser asalariado deja de solicitar servicios informales; de esta forma se da inicio a la otra cadena, aumento de la asistencia a comedores, familias enteras pidiendo en la calle y revisando los contenedores de basuras…

La escuela, recibe a niñes y adolescentes que provienen de estos hogares que ven trastocada su realidad de golpe, llegó fin de mes y ya no hay para los servicios básicos, primero es el cable, el teléfono, luego es el colectivo y la luz, hasta que finalmente es el gas…en el medio, la carne se trasformó en desconocida, las frutas desaparecen y solo quedan algunos fideos, ni leche, ni pan, la panza empieza a dar señales, los adultos están irritables, han dejado de hablar, a veces discuten fuertemente, y la escuela…la escuela, ahí al menos están los amigues, al menos ahí se puede comer, al menos ahí se hablar de otras cosas, también ahí  se puede expresar el enojo, el dolor, la tristeza, ese no sé qué,  que recorre cuerpo, mente y corazón; que niñes y adolescentes no pueden y no saben manejar.

¿Qué hacer ante esta realidad? pensar en eso mismo que les atraviesa:

- el cuerpo, fortalecer los espacios que permitan al cuerpo expresarse, juego,  teatro, baile, las salidas caminando a otros espacios para el aprendizaje, buen momento para enseñar sobre la naturaleza, los monumentos, la arquitectura, las instituciones públicas y sus funciones; organizar encuentros deportivos con otras escuelas, entre otras actividades

- el corazón, incorporar el lugar para el desarrollo y el aprendizaje emocional, enseñar a reconocerlas, a saber, qué se está sintiendo, ponerle nombre, darles palabras a las emociones; buen momento para enseñar sobre recursos para la resolución de conflictos, para proyectar y proyectarse desde la interioridad

- la mente, este es un buen momento para desarrollar contenidos de historia, sociedad, geografía; las ciencias sociales, nos brindan enormes herramientas de comprensión de la realidad, si la realidad se entiende, es más fácil sobrellevarla, y más que nada pensar en cambiarla

¿Qué actitudes son esperable de les docentes? apertura ante la situación social de les estudiantes, la negación, el enojo, la lástima o la tristeza, no tienen cabida en su rol en este momento; el docente tiene los recursos, y debe ponerlos en práctica, los diseños curriculares son una buena herramienta para permitirnos la orientación, pero debemos entender que son una herramienta y de nosotres depende su interpretación en función de la realidad situada. Ese es el gran trabajo del docente

Sé que a esta altura estarán pensando que muches se han convertido en dadores de alimentos, o de abrigos y sí, ese también es el rol que nos cabe en la coyuntura; pero nunca sin pensar que nuestro trabajo apunta a construir herramientas que fortalezcan posibilidades de futuro, enseñar a desempeñarse en realidades adversas, y a buscar salidas posibles es el verdadero rol de la escuela en tiempos de desocupación y hambre.

 

 

 Lic Verónica López